MÚSICA: Conciertos de Oasis y Travis (12 y 13 Febrero/ 2009)

12 de Febrero del 2009, Palacio de los deportes de Madrid a reventar. Jovenes pijos, que pasan de quitarse la corbata en los palcos Vips, jovenes menos pijos que pasan del resto y se lian sus respectivos canutos. Olor a porro del bueno, que la noche promete, y una noche es una noche. Niñas rubias acompañando a sapos repeinados y con tufillo a pasta, chicos rebeldes con la camiseta de Oasis,..., y otros con algo que no conocen pero alardean de conocerlos, tipo The Ramones, The clash, etc... Y tipos elementales, sin contribución a la fiesta, que ocupan sitio y hacén tumulto, con 4 decadas de estar al pie del cañón en los altares musicales, como este menda..

Todo esto, para que el show de los polemicos, controvertidos y rebeldes chicos de Manchester comience otro de sus episodios del tour europeo, presentando su último album "Dig out your soul".

Aqui van otras dos fotillos:

Los Gallagher, acostumbran a no hacer alardes ante su público y limitarse a un repertorio enlatado y pausico de pop y rock con tendencias apocalipticas y ordas al na-na-na de The Beatles. Noel en su línea tramposa, pero cumplidora en lo profesional y dejando caer un solitaro "Buenas noches", de hacer solos de guitarra y acordes con tonillo de "Somos los más grandes", Liam en la suya de provocador, chulo y más estatico que el Rockefeller del Moreno. Pero he aqui, que este concierto a diferencia de los dos anteriores que he visto de la banda, me dejo buen sabor de boca.

Oasis, llevaba años sin hacer un buen album de estudio, y este Did ..., ha llegado para refrescar el aburrido y pauperrimo panorama músical actual y del reciente pasado de la banda.

Y su concierto fue acertado y aún sin el contacto con un público que agradecia más carantoñas de los de Manchester, dejarón un buen eco del Pop y rock que debería engrandecer a esta banda como una de las mejores de su generación, de las decadas del los noventa y principios del milenio, y su sitio y legado en la historia del rock.

Me alegra que al menos Oasis tenga cuerda para rato, y que los hermanisimos hayan pactado con el diablo y quizas..., con los angelitos malos del cielo, su unión (al menos músical) para seguir más años y ofrecernos buenas canciones, letras y melodias poperas. No son The Beatles, pero son OASIS.

Y llego el temible Viernes 13, vispera del pastelero Sábado 14, San Valentín, día de los enamorados. bueno nunca he repetido de un día a otro concierto, pero es que tenía pendiente ir a ver a los Travis, que es una banda escocesa, de Glasgow, a la que tenía ganas de verlos tocar en directo. Y como dio esta circunstancia de días consecutivos, allí que me fui.

Como aperitivo, y una hora antes de empezar el concierto, tuvimos a una banda british, desconocida totalmente por mí, llamada The Alexanders. Y la verdad, no tocaban mal los jovenzuelos, y tenían un buen repertorio de canciones propias. Estos chicos serán muy conocidos en su pueblo, y deben de alucinar ir de gira por las Europas y Americas con los Travis.

Aqui tenemos una fotillo de la banda The Alexanders con su lider de gafitas de pasta negra, en plan Buddy Holli.

Y vamos con los escoceses, osea, el plato fuerte de la jornada. La sala Macumba, novedosa para este tipo de avatares. Ellos ya en una entrevista matinal a las cadenas televisivas, preguntaban del porque no podían tocar en la sala La Riviera, habitual para este tipo de actuaciones de bandas que no llenan un Palacio de los deportes o una plaza de las Ventas. Evidentemente, La Rivi, ha echado el cerrojo, como otras muchas de la nuit madrileña, por la ley Gallardonica de las lícencias. Que no me quejo, porque hay que ser legal, propietarios y gerentes de salas.

Los chicos estuvierón en constante cercanía con el público, y desvordarón en acordes, estribillos y melodias para el fervor de la audiencia, que coreaba una tras otra sus canciones más queridas de los albums de la banda. Por supuesto que para quien no les conozca, son totalmente recomendables, con un pop fresco y nada repetitivo. Estos chicos no han llegado a los altares de Coldplay, Radiohead, Pulp o The Verve, pero merecerían algo más, por su constancia y buen hacer.