Tikal esta situada en la selva de Petén, y el punto de acceso es la ciudad de Sta. Elena que esta unida a la isla de Flores.
Hasta allí me dirigí desde Guatemala ciudad en pequeño aeroplano.
Me aloje en un hostalillo en El Remate, cercano a la carretera que conduce a Tikal. Justo en el lago Petén-Itza, desde donde podía contemplar la silueta del caimán o relieve montañoso a orillas del lago perteneciente al biotopo de Petén-Itza.

Antes de afrontar el día entero en Tikal, fui a visitar las ruinas de Yaxhá. Menos conocidas, pero con un patrimonío cultural y espiritual increible. Rodeada de selva virgen, se asoman sus templos y piramides. Contemplar el atardecer y la puesta de sol desde uno de sus torreones, con el ruído de los monos aulladores y los monos araña, fue algo hechizante y muy relajante. Mientras, recibía la visita de un pequeño halcón que se preguntaba que demoníos estaba haciendo allí solo en el paraíso que él dominaba.
Antes de abandonar Tikal, y recorrerme todos sus parajes, escuchando las importantes reseñas de nuestro guía, quise dejar huella con la flora y fauna que habita en el paque nacional. ¡ Lastima no toparme con un jaguar, pantera o puma !. Hasta un tapir no hubiera estado mal. Pero son mamiferos que rehullen de la presencia humana, y de habitos nocturnos.
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